Elizabeth Liriano: de los números y libros contables a extender el Reino de Dios con su voz y talento

Santo Domingo.- Elizabeth Liriano es una joven contadora que un día descubrió que su voz podía ser su principal instrumento para educar, enseñar, pero sobre todo proclamar el poder de Dios. Pertenece a la nueva generación de mujeres de Dios que no solo se han empoderado como profesionales, sino como referentes de mujeres de valores y principios.

Elizabeth Liriano Reyes es una joven nacida el 15 de julio de 1996 en Santo Domingo, República Dominicana. Desde los siete años, criada por su abuela Lidia y su tía Andri. Esto obedeció a que su madre tuvo que tomar la valiente decisión de emigrar en busca de un mejor futuro para ella y su hermano fuera del país. La joven Elizabeth relata que este escenario Dios lo usó para formarla

«Fue en ese hogar lleno de amor y valores; también participaron otros familiares que dejaron huellas significativas en mi formación hasta estos días».

Quienes conocen a Eli, como le llaman las personas de confianza, mencionan que desde pequeña ha sido una joven carismática, extrovertida, dinámica y un poco atrevida. Siempre sobresalía. Recuerda que su madre le llevó a varios programas de televisión y, curiosamente, nunca le tuvo miedo a las cámaras ni a los escenarios.Estos momentos, además de marcar su infancia, han tenido importante incidencia en su vida profesional y en las decisiones que ha tomado.

Liriano destaca además que el apoyo de su familia ha sido fundamental en todas las etapas de su vida.

Menciona que fue su tía Andri quien la alfabetizó y esta pariente cercana era en ese momento estudiante de Comunicación Social, mención Periodismo— quien con dedicación le enseñó el mundo de las letras y la literatura.

«Entiendo que es de ahí que nace mi amor por el buen hablar. Crecí en un entorno donde los valores eran prioridad, y aunque mi abuela no sabía de letras, nos enseñó con su ejemplo que las cosas se ganan con esfuerzo», destaca la prominente locutora.

Conversadora, abierta y sin ningún miedo escénico, Elizabeth destacaba en sus estudios y en su día a día.

Como parte del propósito de Dios para su vida, a sus 14 años entregó su vida a Cristo, marcando nuevos comienzos para su vida.

«Al ser extrovertida y hablar correctamente, los púlpitos se convirtieron en mi escenario de formación, donde Dios fue puliendo el talento que había sembrado en mí», menciona Liriano al recordar esta linda etapa.

Menciona que no era una buena estudiante de matemáticas, y asociaba la contabilidad directamente con ellas; aún así, realizó su bachiller técnico en esta área y luego se decidió por esa carrera. Era una esfera profesional que le gustaba, pero «no era su pasión». Ella nos cuenta:

«Sin embargo, en 2019 mi vida dio un giro. Ingresé a la Escuela Nacional de Locución Profesor Otto Rivera, donde estudié locución y maestría de ceremonias durante un año. También tomé un taller de oratoria en Vozzit, y fue ahí donde confirmé que la comunicación es mi verdadera pasión. Descubrí que este mundo es mucho más amplio de lo que imaginaba: hay espacio para el podcast, la presentación de eventos, el desarrollo de talleres, y más allá de los medios tradicionales, se trata de usar la voz para influenciar, guiar y transformar».

Esta nueva formación encendió la chispa de lo que sí le apasionaba: la comunicación.

Recientemente, Elizabeth tomó la firme decisión de no continuar en la carrera de contabilidad, pues como ella misma expresa:

«No me apasiona, me siento limitada dentro de una oficina cumpliendo un horario que no representa mis sueños». Por eso he decidido dedicarme a prepararme e incursionar con propósito en el mundo del buen hablar, sabiendo que, aunque es un campo competitivo, cada persona tiene su esencia única».

Esta decisión, afianzada en la convicción de que Dios le ha llamado para proclamar sus maravillas en esta generación y a todas las esferas.

«Creo profundamente que mi voz tiene un propósito, y deseo usarla tanto en espacios seculares como en la iglesia, donde también hay una gran necesidad de comunicar con claridad, sensibilidad y autoridad». «Mi compromiso es crecer, construir una marca personal sólida y ser esa voz en medio de esta generación».

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