En la víspera de Navidad, la ciudad de Belén (Cisjordania), donde según la Biblia nació Jesús, parece un pueblo fantasma, sin luces festivas ni decoraciones típicas en la plaza del Pesebre. El alcalde Hanna Hanania afirmó que decidieron cancelar las celebraciones navideñas este año por considerarlas inapropiadas en un momento en que Israel continúa con sus ataques contra la Franja de Gaza.
“El nacimiento de Jesús es un mensaje de esperanza para todos los niños del mundo, y no podemos celebrarlo cuando miles de niños están siendo asesinados en la Franja de Gaza“, explicó Hanania al periódico alemán Berliner Zeitung.
En este sentido, agregó que los cristianos que viven en Belén se ven profundamente afectados por la escalada de la situación, especialmente en Navidad. “Somos parte integrante de la comunidad palestina y sufrimos los mismos problemas que nuestros hermanos y hermanas musulmanes de la Franja de Gaza. Musulmanes y cristianos hemos vivido codo con codo durante muchas décadas bajo la agresión de la ocupación, y juntos hacemos frente a nuestra vida cotidiana”, afirmó.
Según el alcalde, la situación de unos 1.000 cristianos de la Franja de Gaza es la misma que la de la población civil musulmana: “Están siendo brutalmente bombardeados y asesinados. Por ejemplo, innumerables cristianos y musulmanes murieron en el ataque israelí contra la iglesia de San Porfirio”.
Esta Navidad en Belén tampoco se ven las muchedumbres de turistas extranjeros que suelen llegar a la urbe por las fiestas, solamente decenas de agentes de seguridad palestinos patrullando la plaza vacía. “Este año, sin el árbol de Navidad y sin luces, solo hay oscuridad”, comentó a AP el fraile John Vinh, un monje franciscano de Vietnam que vive en Jerusalén desde hace seis años.
“No podemos justificar sacar un árbol y celebrar con normalidad, cuando algunas personas (en Gaza) ni siquiera tienen casas a las que ir”, dijo a la agencia Ala’a Salameh, uno de los propietarios del restaurante Afteem, situado cerca de la plaza del Pesebre.
La cancelación de los festejos navideños supuso un duro golpe para la economía local: el turismo constituye en torno al 70 % de los ingresos de Belén, y recae principalmente en esa época. Muchas aerolíneas han cancelado los vuelos a Israel y hay pocos extranjeros de visita. Las autoridades locales indicaron que unos 70 hoteles de la urbe se han visto obligados a cerrar, dejando a miles de palestinos sin trabajo.
“Nuestro mensaje cada año en Navidad es uno de paz y amor, pero este año es un mensaje de tristeza, dolor e ira ante la comunidad internacional por lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza”, dijo el alcalde en un mensaje a la multitud.