Un equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) utilizó software libre para hacer los cálculos
SANTO DOMINGO. – El Grupo de Investigación de Ciencias Aeroespaciales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) estimó que 132 kilómetros cuadrados de zona urbana de Santo Domingo y el Distrito Nacional se vieron afectados por inundaciones o desbordamiento de ríos y cañadas durante las lluvias que ocasionó el fenómeno atmosférico que impactó República Dominicana el pasado 18 de noviembre de 2023.
Al realizar un experimento utilizando el sensor del radar de apertura sintética (SAR, por sus siglas en inglés) del satélite Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea y un código abierto de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos Ultraterrestres (UNOOSA) en Google Earth Engine. El equipo conformado por los docentes investigadores Edwin Sánchez Camilo, Iván Jiménez Durán y Martín Melendez Valencia, evaluaron las secuelas de las inundaciones en el área de Santo Domingo Oeste, Santo Domingo Norte y el Distrito Nacional.
Sánchez precisó que una imagen SAR, debido al comportamiento de la onda con respecto a la tierra y aguas, arroja información donde diferentes niveles de brillo y rugosidad puede dar distinción entre vegetación, área urbana y agua.
“En nuestro procedimiento del experimento se delimitó la zona de estudio de acuerdo con las limitaciones del paso satelital y los reportes de inundaciones de las autoridades dominicanas. El área zona urbana total de la imagen es aproximadamente de 310 km2, lo que significa que aproximadamente un 42.5% de zona urbana fue afectada por el fenómeno meteorológico”.
El equipo de investigadores del INTEC realizó con el software un mosaico con imágenes del 6 al 16 de noviembre, debido a que la órbita del satélite y la capacidad física del sensor toman imágenes por porciones de la isla. “La imagen muestra el agua de inundación en color azul sobre un mapa Google Maps de la región de interés”.
El software realiza cálculos basados en datos históricos (incluyendo de tierra y densidad poblacional) y compara los históricos con los resultados del procesamiento de la información satelital obtenida.
“Nos indica el cálculo que, en base a una información histórica en base de datos internacional del 2015 para densidad poblacional, se estima que aproximadamente hubo 72,553 personas expuestas al peligro de inundaciones o desbordamiento de ríos. Es muy probable que esta información esté desactualizada ya que el censo más reciente fue realizado en el año 2022, siete años después de la última actualización de la base de datos”, advirtió el grupo.
Tras realizar una inspección visual de las zonas afectadas, se observa que la mayor densidad de puntos indicadores de inundación y efecto sobre zona urbana se encuentran alrededor de los ríos Ozama e Isabela, con efecto directo en zonas del Distrito Nacional y de Santo Domingo Norte, respectivamente. Esto pone en evidencia la vulnerabilidad urbana existente frente a la crecida de ríos, resalta Melendez.
Los investigadores de INTEC señalan que instituciones como la Oficina Nacional de Meteorología (ONAMET) y el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) hacen uso de imágenes satelitales para verificar la cobertura nubosa, el desarrollo meteorológico de los fenómenos, estimar la cantidad de agua por venir, entre otros.
De igual manera, se puede hacer uso de la tecnología espacial para estudiar las repercusiones y secuelas de fenómenos meteorológicos, como el que impactó el país 18 de noviembre. También es posible estudiar fenómenos ambientales, como las inundaciones de sargazo. La clave radica en saber cómo utilizar la información prevista por cada uno de los sensores satelitales.
“Se puede hacer uso de sensores en espectro visible (cámaras) para observar naturalmente el desarrollo de cualquier fenómeno, y se puede estudiar la información de cada pixel para diseñar esquemas de estudios profundos del fenómeno. Otro tipo de sensores, como el radar SAR puede utilizarse para observar la tierra desde un punto de vista no permitido por las cámaras. Por ejemplo, las imágenes son susceptibles a la cobertura nubosa, es decir, las nubes pueden tapar la visión cuando intentamos ver un fenómeno en la tierra o el mar. Sin embargo, los sensores SAR utilizan emisión de ondas electromagnéticas y registran el rebote de las ondas sobre la superficie de la tierra y el mar, sin ser impactados por la cobertura nubosa”, explicó Sánchez.