La tragedia ha conmocionado tanto a España como a EEUU, ha dejado al descubierto las posibles fallas en los controles de mantenimiento y seguridad de vuelos turísticos en Nueva York. La investigación sigue en curso y se esperan más detalles en los próximos días. Pero las primeras pesquisas revelan que el helicóptero del accidente en el que murieron el español Agustín Escobar, su mujer y sus tres hijos llevaba meses con problemas mecánicos.
El helicóptero que se precipitó al río Hudson y causó la muerte de seis personas, la familia española y el piloto de la nave había presentado problemas mecánicos meses antes del accidente, según los registros de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). La aeronave siniestrada, un modelo Bell 206L-4 LongRanger IV, propiedad de la empresa New York Helicopter, tuvo un fallo en el conjunto de transmisión en septiembre del año pasado. El helicóptero, fabricado en 2004, ya acumulaba 12.728 horas de vuelo cuando fue sometido a reparación. Pese a su historial reciente, el helicóptero contaba con un certificado de aeronavegabilidad emitido en 2016, válido hasta 2029, según los registros.
El trágico accidente ocurrió el jueves, cuando el helicóptero, que realizaba un recorrido turístico por la ciudad, se desintegró en pleno vuelo y cayó al río Hudson. Entre las víctimas se encontraba el ejecutivo de Siemens Agustín Escobar, su esposa Mercè Camprubí Montal, y sus tres hijos: Agustín (10 años), Mercedes (8 años) y Víctor (4 años). El ejecutivo había nacido en Puertollano (Ciudad Real) pro la familia residía en Barcelona, y se encontraban de visita en Nueva York. La aeronave despegó desde el Downtown Skyport de Manhattan alrededor de las dos menos diez, hora de Nueva York (seis horas más en la península), pilotada por Sean Johnson, de 36 años, un veterano de la Marina estadounidense que recientemente había comenzado su carrera como piloto en la ciudad.

Aproximadamente 25 minutos después del despegue, el helicóptero se desplomó en el agua. El impacto fue captado en un video estremecedor que muestra la nave desintegrándose en el aire. Se observa cómo al menos una de las aspas aún giraba mientras otras partes del helicóptero caían en diferentes direcciones. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación para esclarecer las causas del accidente. Las pesquisas incluyen el análisis de la experiencia del piloto, los restos aún no recuperados de la aeronave y las operaciones de la empresa New York Helicopter, que organiza estos vuelos turísticos. Parte de la investigación se centrará en las tareas de mantenimiento del helicóptero y en la implementación de dos directrices de seguridad recientes emitidas por la FAA para este modelo de helicóptero:
La primera, emitida en diciembre de 2022, exigía la inspección y posible reemplazo de las palas del rotor principal por riesgo de delaminación, es decir, la separación de las capas internas de la pala debido a fatiga de material, daño u otros defectos. Si no se resolvía, este problema podía provocar una falla catastrófica del rotor.
La segunda directriz, publicada en mayo de 2023, obligaba a realizar pruebas y posibles reemplazos de los ejes del rotor de cola en ocho modelos, incluido el involucrado en el accidente. La advertencia surgió después de que un helicóptero perdiera la transmisión del rotor de cola debido a una falla en una junta. Aún faltan por recuperar los rotores del helicóptero, según informó el viernes la presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy. Equipos de buceo del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) continúan buscando entre los restos sumergidos.

Fuente: www.eleconomista.es