Médicos Sin Fronteras alerta sobre la creciente violencia y crisis sanitaria en Haití

Según informó hoy Médicos Sin Fronteras (MSF) la situación en Haití sigue deteriorándose con rapidez. Desde el 24 de febrero, la violencia en la capital, Puerto Príncipe, ha alcanzado niveles alarmantes, dejando un saldo creciente de heridos y un aumento en las necesidades médicas. Los enfrentamientos entre grupos armados y la policía se han multiplicado, lo que ha llevado a la población a vivir bajo la constante amenaza de tiroteos. Según la ONU, actualmente el 85% de Puerto Príncipe está controlado por los grupos armados, lo que ha incrementado la peligrosidad de la ciudad, especialmente en barrios donde la circulación libre representa un riesgo mortal.

Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) han sido testigos directos de este caos. Entre el 24 de febrero y el 2 de marzo, el centro de urgencias de Turgeau ha atendido a 314 pacientes, de los cuales 90 son víctimas de la violencia, una cifra que dobla la media habitual. Los pacientes que requieren intervención quirúrgica han sido trasladados al hospital de Tabarre, que ha ampliado su capacidad en traumatología de 50 a 75 camas para enfrentar la demanda.

Sin embargo, la violencia no solo ha dejado heridas físicas, sino que también ha provocado un desplazamiento masivo de personas. Desde el 14 de febrero, más de 24.000 personas han tenido que huir debido a los ataques de los grupos armados, y se estima que más de 180.000 desplazados internos se encuentran en más de 140 sitios de la zona metropolitana de Puerto Príncipe. Estas personas se enfrentan a condiciones extremadamente precarias, sin acceso adecuado a agua potable en muchos casos, lo que aumenta su vulnerabilidad.

El desabastecimiento de fondos, especialmente la suspensión de los fondos estadounidenses, ha agravado la situación. Varias organizaciones humanitarias, como Solidarités International, han tenido que suspender la distribución de agua potable en los campamentos de desplazados. Ante esta crisis, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha desplegado un sistema de distribución de agua mediante camiones cisterna, beneficiando a más de 13.000 personas en cuatro campamentos.

La magnitud de la crisis es tal que, según Christophe Garnier, coordinador general de Médicos Sin Fronteras en Haití, la respuesta humanitaria actual está lejos de ser suficiente. “La situación supera con creces nuestras capacidades de respuesta. A solo un mes del inicio de la temporada de lluvias, las condiciones de higiene se deterioran rápidamente y el riesgo de epidemias, como el cólera, aumenta exponencialmente”, alertó.

El plan de respuesta humanitaria está gravemente infrafinanciado, mientras que el conflicto sigue intensificándose y miles de personas se ven obligadas a refugiarse en campamentos precarios. Sin una acción urgente, la situación podría convertirse en una catástrofe humanitaria. La violencia incesante sigue exacerbando el sufrimiento de una población que ya se encuentra al límite.

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