La Santa Sede informó este viernes que la salud del Papa Francisco sufrió un empeoramiento “repentino” debido a una crisis respiratoria. El pontífice, internado desde hace catorce días en el Policlínico Gemelli de Roma, presentó un episodio aislado de broncospasmo, lo que derivó en un empeoramiento de su cuadro respiratorio.
Según el Vaticano, el Papa respondió positivamente a la terapia respiratoria, pero los médicos tomarán entre 24 y 48 horas para evaluar su estado y los efectos de la crisis. Este evento ocurrió justo antes de la publicación del boletín diario del atardecer, lo que causó sorpresa entre los presentes.
El broncospasmo, un estrechamiento repentino de los conductos bronquiales, habría sido causado por un vómito por inhalación. A pesar de la gravedad del episodio, el Papa se mantiene consciente y colaboró durante las maniobras terapéuticas, que incluyeron ventilación mecánica no invasiva y ejercicios respiratorios.
El pronóstico sigue siendo reservado. Si bien se ha informado que la infección pulmonar ha mejorado, el Papa continúa bajo observación debido a la delicadeza de su situación. Los médicos han señalado que, aunque hay signos de mejoría, el cuadro sigue siendo incierto.
Feligreses de todo el mundo se acercan al hospital para orar por la salud del Papa, mientras que las oraciones por su pronta recuperación continúan en la Plaza de San Pedro, a cargo del cardenal Víctor Manuel Fernández.
