Miles de jóvenes se dieron cita a la Convención Nacional de Jóvenes Cristianos (CNJ), bajo el título de «La carrera», en una actividad realizada en el Palacio de los Deportes.
Está gran concentración es organizada por el Movimiento Somos Uno, que tiene como propósito central fomentar el liderazgo juvenil, promover los valores cristianos en medio de la gran crisis moral que agobia al mundo y servir como una plataforma que garantiza un espacio de participación e inclusión para los jóvenes con talento en las artes tales como canto, danza y en áreas como producción, multimedia, relaciones públicas, comunicaciones y prensa, protocolo, seguridad, entre otras áreas que contribuyen con el éxito de un evento.
Durante todo el día y la noche el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto se transformó en una casa de Dios y primaron los mensajes de amor, paz, esperanza, fe y adoración al Señor.
Las voces de los allí concentrados, retumbaban en el recinto deportivo en un auditorio repleto de jóvenes que no pararon de saltar, aplaudir, vitorear y corear a sus artistas en la medida en que los organizadores lo fueron develando. Fue evidente el mover del Espíritu Santo y su manifestación marcó un después en los corazones de toda la audiencia.
El líder del movimiento Somos Uno, Junior Ponciano, expresó su preocupación por la dirección que están tomando los jóvenes, enfocándose en tendencias y likes en lugar de valores. En una reflexión profunda, destacó la importancia de no perder el enfoque en la vida, subrayando que la carrera es más que llegar primero, es sobre mantenerse enfocado.
Ante esta inquietud, Somos Uno decidió organizar una carrera como mensaje para recordar a la juventud la importancia de mantenerse centrados en sus metas y valores, independientemente de las distracciones sociales.
En uno de los momentos más sublimes y de destacada producción artística, la Convención Nacional de Jóvenes Cristianos fue testigo de una danza contemporánea única.
Más recientemente, durante este emotivo número, se abordó la parábola de las diez vírgenes y sus lámparas, narrada en un video enviado. La historia enfatiza la importancia de mantenernos firmes con el Señor, asegurando que nuestras lámparas estén encendidas al cumplir con sus mandamientos y permanecer alineados con su palabra. Este simbolismo resalta el compromiso de la juventud en mantenerse santa y preparada para el regreso de Cristo, encaminándose hacia la eternidad con él.